viernes, 4 de abril de 2008

De aventura por el Río Tancochapa

De aventura en el Río Tancochapa

El gobernador Fidel Herrera Beltrán puso en marcha un plan de atención para hacer frente a la temporada de estiaje, listo para movilizar toda la infraestructura del Gobierno del Estado, para prevenir y combatir incendios forestales, abastecimiento de agua y prevención de enfermedades, pues se predice que abril será el mes más caluroso de los últimos cien años.
Teniendo como punto de partida esta drástica noticia de inmediato me acorde de cómo los humanos estamos contaminando nuestros ríos y medio ambiente, tal y como les ejemplifico sucede en Las Choapas.
En la Divina Comedia Dante relata su imaginario viaje al mundo de ultratumba. A poco de iniciado su camino, el poeta y Virgilio, su acompañante, llegan a la orilla del río Aqueronte, frontera del Infierno. Allí viven uno de los sobrecogedores episodios del poema: de improviso aparece Caronte, el barquero que, según el mito griego, está encargado de cruzar en su barca las almas.

Así como si fuera un viaje imaginario les relato mi viaje sobre el Río Tancochapa. Nuestro diestro barquero Manuel comenzó a remar para salir del atracadero donde las pececitos revoloteaban entre diversos objetos multicolores que les llamaban la atención. ¿Ah! Comenzábamos nuestro bogar sobre el río Tancochapa, belleza natural, que solo los humanos podemos destruir.

Manuel, curtido pescador, que había crecido en las márgenes del río Tancochapa y que preocupado por el mundo que vamos a heredar a nuestros hijos, veía como aquellas aguas cristalinas, que le toco sentir en aquellos alleres, hoy contaminada ahogaba a los peces; ¿Cuál sería el futuro de la pesca para sus vecinos de la colonia Tiburoneros? pues hoy todos los choapenses nos dedicamos a mandar por un tubo los desechos de este mundo tan mercantilista.

Si, amigos, aquellas figuras multicolores en las que saltaban aquellos pececitos, eran nadamenos que bolsas de plástico, envases de refrescos, restos de unicel, recipientes de productos de aseo, material médico, resto de animales muertos, además de los desechos que escurren por los drenajes choapenses que incluyen aguas jabonosas y las grasas y aceites para carros. En ese inframundo nos encontráramos ahora navegando.

Este bogar por el río me hizo transportarme a aquellos ruidosos días en que toda la palomilla de Tepito nos íbamos a divertir a la bocana, lugar donde confluyen el arroyo “El Control” y el “Tancochapa”, donde alegres jugábamos a cruzar el río, a bucear, a pescar, a asolearnos y en el silencio solo se escuchaba un susurro de abejas que sonaba. Donde como niños nos acercabamos de día hundiendo nuestros brazos en la oscura claridad de sus aguas fantasmales.

Así, fantasmal era ahora lo que veía, como si estuviéramos en aquella barca donde se transportaban Dante y Virgilio, porquerías por toda la orilla del río, fue lo mismo desde aquella bocana añorada ahora era un refugio de latas, envases y unicel, a todo lo largo del río hasta la otra bocana de El Pesquero. ¿Qué hemos hecho con nuestros ríos?

Es deberás admirable como un humilde pescador nos enseñe a cuidar lo que tenemos: aquel otrora río por donde trasportaban los equipos de perforación los ingleses, aquel río que fue utilizado por tantos comerciantes para mercadear, como lo hacia don Carmelo Domínguez que vivía en Tepito y viajaba por días enteros para vender su mercadería río arriba y río abajo. Río utilizado por algunas generaciones para calmar su calor yendo a bañarse en sus aguas mansas.

Hagamos conciencia amigos el mundo no lo heredamos de nuestro padres, se lo hemos pedido prestado a nuestros hijos, ¿que les vamos a dejar a nuestros hijos y nietos?. Seguramente solo los desechos de un mundo contaminado. Pues ¿No! no seamos egoístas al echarle la culpa al vecino, o al camión de la basura que no pasa, o a las autoridades municipales. Pongamos nuestro grano de arena, cambiemos nuestra forma de ser para dejar un mundo mejor, hagamos conciencia. No perjudiquemos a los hermanos que viven de la pesca. Los mismos peces o especies que viven en el río se están muriendo, no contribuyamos a destruir nuestro medio ambiente.

Los invito a pasear por el Río, seguramente encontrara muchos lugares bellos, que aún quedan, en donde reposar. Ahí encontrara nuevas fuerzas para continuar la vida cotidiana, pero ahora con un nuevo impulso, con una nueva meta que será el de cuidar nuestro medio ambiente.

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